martes, 16 de febrero de 2010

Invernal

Hace unos días, en uno de estos momentos gloriosos que nos está dando este invierno, nos fuimos los amigos de costumbre a Somiedo a hacer una rutilla y hacer fotos. El parte meteorológico era desfavorable (últimamente cuando caen tres copos ya hay alertas, supongo que serán justificaciones para cuando nos pongan cuotas para salir de ruta o nos amenacen con cobrar por rescatarnos), pero al final hizo un gran día de montaña y la nieve estaba simplemente espectaular.
Hicimos una ruta muy sencilla, subimos de L.lamardal a Mumián. Apenas una hora en condiciones normales y poco más (si no fuese por las fotos) ese día.

En la ruta se atraviesa una zona de hayedo en una pequeña vallina, acompañado de acebos y avellanos. Curiosamente apenas veinte metros más allá los árboles desaparecen por completo y apenas hay matorrales dispersos. Es un área de solana, pedregosa y sobre calizas, así que no es de extrañar que después de haber sufrido algún incendio no hace mucho tiempo, en esa ladera no quede bosque. Eso sí, como testigo impasible de las características físicas del lugar hay un par de crestones donde crecen pequeñas y nudosas encinas.


Es muy interesante poder comprobar en apenas unos metros las grandes diferencias que pueden producirse por variaciones microclimáticas y edáficas en la composición florística de espacios contiguos.

Además este es un momento ideal para visitar Mumián: justo antes de que desaparezca. Ya se ven varias cabanas con huecos en las cubiertas y a punto de hundirse, y aunque se siguen teitando otras, el conjunto armonioso de la braña está al borde del colapso. Una lástima y una muestra más de que no basta el dinero para conservar nuestro legado etnográfico, hace falta dinero, voluntad política, conocimiento y sobre todo decisión (y algo de soluciones imaginativas porque los usos que mantuvieron las brañas de Somiedo están desapareciendo año a año)


Un saludo y buenas invernales.

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