viernes, 18 de junio de 2010

Babosa de bosque


Las babosas de bosque (Geomalacus maculosus) son uno de los escasos moluscos protegidos por la legislación europea y por extensión asturiana. En este caso su interés viene dado por una evidente escasez de citas y una distribución cuando menos curiosa con dos poblaciones disyuntas: una en la Cordillera Cantábrica, con un máximo aparente en Asturias, y la otra en Irlanda. Hay varias razones por las cuales es una especie escasa al menos en sus citas: una tendencia a los hábitos nocturnos aunque en dos de las cuatro o cinco ocasiones en las que he localizado ejemplares, estos fueron vistos a mediodía y tal y como indica su nombre, los hábitos forestales en bosques relativamente maduros, pero sobre todo con abundancia de líquenes, que son su alimento principal. Dado que los líquenes no son el grupo con mayor presencia en nuestro mundo, es probable que su escasez también esté relacionada con la fragmentación y la pérdida de calidad de su hábitat. Curiosamente problemas comunes a otras especies en peligro, o amenazadas de nuestra fauna.
De todas formas su verdadero estatus es desconocido y es otra muestra de una de las lacras principales de la protección del medio ambiente: no hay datos fiables, comparables y accesibles. Tampoco hay educación respecto a la mayor parte de especies, ni planes ni seguimineto de las mismas ( o si lo hay es papel mojado, como en el caso del lobo)
Pongo de ejemplo esta misma especie. El otoño pasado pude observar tres ejemplares de esta babosa de bosque en dos noches consecutivas y en el mismo lugar: el pueblo de San Juan de Beleño, capital del Concejo y Parque Natural de Ponga. ¡En el pueblo!, al borde de la carretera, en un jardín y en una pila de madera.
A los habitantes de Beleño, este tipo de babosa les resulta más familiar que las típicas Arion ater y las describen con fidelidad, explicando que son habituales, pero aún más en otoño cuando se traen árboles cortados (y cubierto de líquenes) para la madera necesaria para el invierno. En Beleño aparenta ser una especie, si no habitual, al menos bastante común. Lo mismo podríamos decir de la zona del desfiladero de los Beyos, e incluso del interior de los bosques conservados del Parque Nacional de Picos. No digo con esto que no deba estar protegida o que es casi una plaga, si no que en realidad está protegida por algún tipo de curiosa coincidencia, pues existen especies cuya presencia debe ser bastante menos habitual y que no aparecen en ninguna lista, pero... de las que en realidad, como en el caso de la babosa de bosque, desconocemos su estatus.
Mientras aparecen esos conocimientos, disfrutaré observando a uno de los animales más curiosos de nuestra fauna.

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