De entre todas las mariposas (Lepidopteros), las nocturnas son las más abundantes, espectaculares y desconocidas.
De estas hay algunas que sí son más facilmente reconocibles especialmente por su gran tamaño y por un aspecto característico, con las alas delanteras estrechas, muy pilosas, crípticas y un cuerpo robusto. Son las especies del grupo de las esfinges (Sphingoidea).
Entre las más grandes y conocidas está la llamada esfinge calavera (Acherontia atropos), por la mancha en el dorso del tórax con un aspecto a veces semejante a una calavera, colores oscuros con grandes manchas marrones negras y pardas y abdomen amarillo con franjas horizontales oscuras y una franja azul oscuro longitudinal.
Estas esfinges se hicieron famosas por una especie parecida que aparecía en la película de "El Silencio de los Corderos". Pero ya era muy conocida por su aspecto un tanto siniestro pero sobre todo porque además es de las pocas especies que pueden emitir sonido audible para los humanos, una especie de chirrido inesperado y sumamente inquietante añadido a su mala fama.
Lo curioso es que en general son mariposas que se localizan a principios de verano como adultos, y las segundas generaciones no suelen ser abundantes y a menudo son inexistentes. Pero este otoño me han enseñado adultos de esfinge de la calavera estos días de finales de octubre. Un regalo a las puertas del invierno.
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