martes, 4 de enero de 2011

Rhynocoris iracundus

Una sencilla curiosidad para comenzar el año.

A pesar de los fríos, los vientos o las heladas, apenas con un rayo de sol reaparecen aquellos que pasan el invierno escondidos. Muchas de las especies de insectos pasan el invierno ocultos bajo piedras, raíces, cartones, y en muchas ocasiones agrupados en acúmulos de la misma especie.

Este es el caso de dos grupos de chinches asesinas (Rhinocoris iracundus) que aprovechando una tregua del invierno asomaron desde las raíces de unos tamarindos en Salinas, ascendiendo lentamente por el tronco hasta unos 30 cm del suelo exponiéndose directamente al sol, agrupadas y sin apenas movimiento, sólo (o al menos eso parecía) calentándose.

Esperando la primavera.

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