jueves, 4 de marzo de 2010

Sedimentos

El proceso básico de la geomorfología externa, es decir aquello que modifica la forma externa de nuestro planeta de manera continuada, es el ciclo de erosión transporte y sedimentación. Es un ciclo continuo, habitualmente lento incluso para los parámetros humanos.

Ese ritmo gradual, uniforme, propuesto por primera vez por Charles Lyell a principios del siglo diecinueve, describe los cambios geológicos de forma que "los sucesos observables en la actualidad, operando a tasas característicamente graduales, podían explicar todo el desfile de la historia planetaria sin necesidad de invocar paroxismos globales episódicos o periodos primitivos de cambio planetario tumultuoso" (tomado de "Las piedras falaces de Marrakech" S.J.Gould, 2001, Colección Drakontos, Ed. Crítica).

Esto fue también una de las premisas básicas de Darwin en su teoría de evolución de las especies por medio de la selección natural: los cambios en las especies son graduales, nimios, pero acumulados pueden producir y, de hecho producen, cambios profundos que dan lugar a nuevas especies.

Ambas posiciones han ido poco a poco pasando de ser un dogma absoluto a ser, al menos parcialmente, cuestionadas. No en el fondo, la evolución existe sin duda alguna, y los cambios geológicos graduales son una herramienta poderosa en la transformación de una Tierra que tiene todo el tiempo a su disposición, pero quizá se puedan dar otras posibilidades en la forma.

Quizá los cambios graduales lo sean en escalas de tiempo geológico, pero para los humanos, esta escala es demasiado grande y lo gradual a menudo lo percibimos mejor si lo podemos calificar de repentino o incluso catastrófico.

Para la parte de evolución biológica véase la teoria de los equilibrios puntuados, o evolución "a saltos" propuesta por Eldrige y Gould.

Para los cambios geológicos véase las fotografías del mar frente a la desembocadura del río Nalón el pasado domingo 27 de febrero. Una capa densa de sedimento procedente del arrastre del río tras el deshielo de esa semana, cambia el color del mar y es arrastrada por las corrientes en dirección a sus depósitos naturales, las grandes playas que se extienden entre la desembocadura del Nalón y el Cabo Peñas.


Un mínimo cambio en la historia geológica de la Tierra. Pero una prueba evidente del poder de la erosión, el transporte y la sedimentación que no siempre funciona en pequeñas gotas si no en grandes avenidas.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario