Cada año durante las últimas semanas de septiembre, la berrea del ciervo sirve de reclamo y atracción turística en varios puntos de Asturias.
Se publicita en Redes, en Ponga, en Aller, en Somiedo y en Teberga al menos.
Se ofrecen guías intérpretes, se facilita el transporte, alojamiento, comidas, jornadas...etc.
Es un recurso estacional, con afluencia limitada pero generalmente muy concienciada y dispuesta.
En muchos lugares de los citados concejos, y de otros con presencia de venado los aficionados a la naturaleza buscan los mejores lugares para oír y seguir el espectáculo.
No hay una afluencia masiva, pero en los últimos años ha habido (en fines de semana) un aumento en el número de visitantes y observadores, de forma que llega a ser difícil observar nada pues los venados se espantan y cambian de lugar o callan si se habla o si la gente se asoma a los collados.
Ya fue difícil observar la berrea el pasado año en algunos sitios como las cercanías de Felechosa durante los fines de semana por las pequeñas pero contínuas molestias de los observadores.
En el caso del ciervo, la situación no es preocupante, hay población de sobra, buena parte de la berrea es nocturna, e incluso coincide con algunos lances de caza y no parece que la población se resienta.
El pasado 8 de septiembre aparecía de nuevo un culebrón, una noticia relacionada con la observación en este caso de osos, en Somiedo. Se trataba del uso de los miradores que como obra de interés medioambiental (¿?) se han construido por todo el Parque Natural de Somiedo a cargo de la Obra Socal de la Caixa. Vuelven así campanas y campanonas acerca de las vsitas para observar osos en Somiedo.
Este tema, ya añejo, es un continuo en las peticiones de la FOP y del alcalde Somiedo: visitas guiadas para ver osos, paseos por el pais del oso, uso de los miradores...
Hay incluso una fórmula del PRUG que de forma sutil no desautoriza estos avistamientos. Sí los desautoriza la legislación y los planes de gestión del oso como especie protegda y en peligro de extinción, pero el arreglo es sencillo: si no vendes la visita como avistamiento de oso, si no como dscubrimiento del entorno.
Demasiada gente sabe ya donde ver oso. Se publican hasta mapas sin nombres pero detallados de áreas de campeo, hay, de repente aglomeraciones en una carretera de Degaña, en el mirador del Principe, etc. y algún foro de internet donde rápidamente vuelan las noticias.
Pero los osos no son ciervos. Primero porque están en peligro de extinción y protegidos. Segundo porque es un carnívoro de tamaño respetable y potencialmente problemáticos.
¿Cuánto tiempo va a pasar hasta que alguno de los cientos de personas que conoce donde ver osas con crías, o dónde se soltó a Villarina, vayan un poco más allá, dejen de buscarla con prismáticos y quieran verla "de cerca"?
¿Cuánto tardará el empresario de turno en descubrir que puede garantizar el avistamiento de oso a sus clientes si los ceba?
¿Será la propaganda de su recuperación la causa de que haya dos oseznos huérfanos en Degaña?
¿Alguién está previendo que ocurrirá si por suerte se "satura" la población de oso en la Cordillera?
Preguntas
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