jueves, 10 de octubre de 2019

Perdiz pardilla

Hay especies que, sin ser emblema, sí son bandera de un territorio. Su presencia es determinante para clasificarlo, para comprenderlo y deberían ser para gestionarlo. 

Especies como la perdiz pardilla (Perdix perdix), propia de ambientes atlánticos, propia de la Cordillera Cantábrica, alrededores de Pirineos y zonas limítrofes, propia de la fauna cantábrica, mezcla única de especies atlánticas y mediterráneas, y por ello ecotono al límite de lo posible en estos tiempos de cambio veloz.

De hecho su distribución actual está seriamente amenazada por la caza, por confusión con la perdiz roja (Alectoris rufa), los usos del hábitat (fuegos, estaciones de esquí, minería, algunas formas de turismo con ocupación masiva del territorio,...) la fragmentación (desde Sanabria y el Caurel hasta la Sierra de la Demanda y el extremo de Pirineos en Gerona) y según Purroy en http://vertebradosibericos.org, se espera una contracción del hábitat entre el 99 y el 100% para finales del siglo XXI.

Es probable que, como en otras especies, el cambio climático vaya arrinconando a la pardilla en los sectores más altos de la Cordillera hasta que no quede dónde ir.

Pero ver perdices pardillas aún no es extraordinario en la Cordillera Cantábrica.

Tampoco es habitual. Son desconfiadas y muy miméticas. Pero no son escasas todavía (al menos no tanto como otras especies) y los encuentros, aunque en general fugaces, son casi normales cuando pateas determinadas áreas con frecuencia.

En el Parque Natural de Somiedo en las zonas de matorral y praderas altas, desde los 1.000 metros ya se pueden encontrar.

Casi siempre en pequeños bandos de entre tres y seis individuos, aunque en invierno vi uno de unas quince sospecho que no todas eran pardillas. También otras veces en parejas. 

En esta ocasión cerca del Collado de Balbarán o la Farrapona, esta primavera, en una pradera a la que el ganado no había accedido aún y la hierba estaba alta.

En una semana o poco más, cuando las reses entran, no quedará refugio en la hierba pastada hasta dejarla como un campo de golf. Entonces se acercarán a los escobonales y piornales donde estarán todo el verano.

Las dos imágenes siguientes son parte del hábitat de la perdiz pardilla en el Parque Natural de Somiedo y en el Parque Natural de Babia y Luna.

Las siguientes son dos ejemplares de pardilla que pasearon a nuestro alrededor en la pista que comunica Torrestío con la Collada de Balbarán.


Valle de Lago, praderas del Valle y Pena L.lana al fondo

Reguero de la Forcada y las Ubiñas al fondo


Perdix perdix



Mimetizada

Cruzando sin mirar


domingo, 13 de enero de 2019

Quemando voy... quemando vengo. (Con fotos)

Paisaje Protegido de la Costa Oriental.
Monumento Natural de los Bufones de Llanes.
Llanes. Última hora de la tarde. 
Para entender el post hay que ver las fotos aunque sean de pésima calidad.

Voy paseando por uno de los múltiples caminos de la rasa de Llanes, cerca de los Bufones de Pría.
No hace tanto frío como los últimos días y el atardecer está precioso. No llega a ser espectacular porque las nubes se han quedado retenidas en el Cuera, pero también hay nubes a lo lejos, desde Galicia, y el sol, aunque deja un atardecer rojizo, no ilumina el cielo como en otras ocasiones.

Voy girándome a uno y otro lado despacio porque, aunque no tengo objetivo largo y casi no hay luz, tengo la esperanza de ver algún corzo, que ya hace mucho tiempo escasean por aquí. 

Por eso, en uno de los vistazos al otro lado del atardecer, me sorprendo viendo una tenue columna de humo.

Acabo de pasar cerca y no había nada ni nadie, así que miro y remiro buscando la causa.

Hay un coche blanco que antes no había visto, y al poco veo a lo que, con la poca luz, parecen dos chavales jóvenes, uno con bufanda al cuello, otro vestido de oscuro, que caminan por otro de los senderos algo más arriba, dos o tres fincas más allá.

Dejo de ver a uno de ellos y al poco aparece otro penacho de humo, uno de ellos va retrocediendo, como mirando alrededor, y pronto otro penacho más de humo y una llamarada entre los matorrales.

Ambos se dan la vuelta, vuelven a prender fuego a otro matorral y se vuelven hacia el coche después de comprobar que el primero de los fuegos empieza a crecer.

Se montan en el coche. Se van.

No son mafias extrañas, ni van con pasamontañas ocultándose.
Conocen el sitio perfectamente, van dando un paseo eligiendo desde el camino dónde van a quemar.
Pero no se quedan a cuidar el fuego. No parece que hayan pedido permisos (no se dan permisos para quemas nocturnas). No es una quema de rastrojos.

Encienden y se van. 

Con un poco de suerte como hace frío y está el suelo húmedo, no arderá mucho. 
Si hay mala suerte y se descontrola, como hay muchas casas, algunas viviendas habituales, otras segundas residencias, otras casas de aldea... alguien llamará a los bomberos y no habrá muchos problemas.

Solo un incendio más de los múltiples que cada año se producen de forma descontrolada en el invierno de Asturies. Sin culpables. Sin delito. Sin solución, porque es mucho más fácil que el fuego te limpie las fincas, que trabajar, desbrozar y preparar los prados para la primavera. Y si arde más de la cuenta solo será "monte bajo" en las estadísticas y todavía habrá quien les felicite por ser "jardineros del paisaje" y por luchar contra la "matorralización" de una manera "tradicional".

Manda huevos.



Primer penacho de humo que veo mientras busco corzos

¡Caramba gente! y un coche. Y otro penacho de humo, aún muy tenue, justo donde el árbol de la derecha. 

Donde las piedras un chaval. Donde el humo ya se ve fuego.

¡Pues han prendido otro matorral!!!! (Aunque no se ve muy bien, hay dos penachos de humo)

Otro foco. Ya van cuatro que yo haya visto. Van tranquilamente, despreocupados, con las manos en los bolsillos.

Prendo el matorral y me voy.


El penacho de humo del principio parece que está empezando a crecer.

Pues sí que hay fuego.

No se ve muy bien porque oscurece rápidamente, pero ahí, justo por encima de la vaca, a la derecha, está uno de los chavales asegurándose que el fuego va bien.

Terminado el encendido, nos vamos tranquilamente. (Coche con las luces traseras)
Hoy no era el único caso. Solo girar la cabeza para ver el último resto de sol y se ven otros incendios alrededor.


Por si me encuentro con "ofendiditos" que se indignen por el post alegando que podría tratarse de una quema autorizada, añado la siguiente información.

En el portal electrónico asturias.es, está disponible la normativa general sobre quemas en el ámbito del Principado de Asturias.

Entre otras normas se establece que:

4. PROHIBICIONES GENERALES
  • No se podrá realizar ninguna quema, precise autorización específica o no, cuando exista máximo peligro (4 ó 5) o se prohíba expresamente por la Consejería competente en materia forestal.
  • No iniciar las quemas antes de salir el sol y terminarlas dos horas antes de su puesta.
  • No quemar cuando se levante viento relevante o suspender la quema ya iniciada.
  • No se pueden abandonar las quemas hasta que el fuego esté totalmente apagado.


7. NORMAS GENERALES DE EJECUCIÓN
  • No se podrá quemar otra vegetación que la autorizada, poniendo especial cuidado en proteger árboles aislados, bosquetes, vegetación de vaguadas o arroyos y la existente en los lindes de la superficie autorizada.
  • Se procederá a apagar las quemas que se realicen en zonas próximas a carreteras cuando el viento dirija el humo hacia ellas, poniendo en peligro la seguridad vial.
  • Durante la quema deberán permanecer en el lugar, el número de personas que se haya señalado en la autorización, controlando el fuego, sin poder abandonarlo hasta que esté totalmente apagado y hayan transcurrido 2 horas sin que se observen humos. Estas personas deberán disponer de equipamiento y herramientas aptas para controlar o extinguir el fuego.
  • Las personas que efectúen la quema deberán portar la autorización de la misma, que deberá ser presentada a su requerimiento por los agentes de la autoridad.
  • El solicitante de la quema es el responsable de su adecuada realización de acuerdo con las condiciones que se establezcan en la autorización.

Por cierto que, por suerte, humedad y estas manitas, cuando me fui creo que no quedaba fuego. Pero estoy seguro que es una simple cuestión de tiempo.

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