Se refuerzan estos días las noticias sobre las muertes de aves necrófagas en el entorno de Quirós y Proaza, con al menos tres buitres leonados y dos quebrantahuesos muertos envenenados en menos de un mes.
Es una situación terrible por lo habitual, por tratarse de un Parque Natural (Ubiñas - La Mesa), por tratarse de la crónica de unas muertes anunciadas, y por la reincidencia.
Quirós y el entorno de Proaza, ya ha sido objeto de numerosas denuncias sobre las prácticas de furtivismo que se producen allí, y los envenenamientos no han dejado de ocurrir, no solo en Asturies, si no en toda la Cordillera, en ningún momento.
Año sí y año también han muerto buitres, águilas, zorros, lobos, y seguramente alguno de esos osos de los que se sabe de su muerte, pero que en sus necropsias, o no hay respuestas o son osos con instintos invertidos que deciden comer Amanitas en invierno y morir envenenados de forma natural (léase con el correspondiente tono irónico).
En este triste caso, a la desgracia habitual del goteo de muerte de fauna salvaje, en un lugar que debería ser un santuario, con el entorno con varias camadas de esbardos, con poblaciones saludables de casi todos los grandes animales de la Cordillera, además se da la circunstancia de la muerte de dos de los quebrantahuesos que desde hace años llevan trayéndose desde Pirineos para repoblar la Cordillera Cantábrica, de un ave que fue común en nuestros cielos y que completa en cierto modo la estructura ecológica normal.
Pero desde el primer momento muchos dijeron, y dijimos, que no se dan las condiciones para la reintroducción de esa, ni de cualquier otra especie en nuestra naturaleza, No se dan las mínimas condiciones de respeto por nuestros ecosistemas, fauna, agua, bosques.
No se han tratado las causas que llevaron a esa desaparición. No se han erradicado las prácticas destructivas, la mentalidad depredadora y cortoplacista de muchos de los que habitan nuestros montes. No se ha acabado con la impunidad de aquellos que furtivean a su antojo, que matan lobos y los cuelgan como trofeos, que disparan a osos a plena luz del día, que dejan veneno en el campo.
Ni se atajan tampoco las causas por las que han desaparecido otras especies como el urogallo, y se mantienen prácticas de roturación de matorral, la eliminación de "alimañas", o criarlos en gallineros con poco futuro y sueltas lamentables, como la panacea que va a hacer retornar al "faisán" de nuevo a sus antiguos cantaderos.
Sin atajar las causas de la destrucción de nuestro patrimonio, la reintroducción del quebrantahuesos seguirá siendo una masacre. Sin conocer en profundidad cómo evitar su retroceso, la recuperación de especies como el urogallo será un fracaso.
Y todo ello seguirá enviando al sumidero millones de euros un proyectos fracasados desde su origen, que alimentan los montajes de unos pocos, pero no atacan a la raíz de los problemas.
Sin educación ambiental, sin conciencia de lo que perdemos seguiremos esquilmando, destruyendo, incendiando y envenenando mientras enviamos al matadero millones de euros y decenas de individuos de especies en peligro.
Pero esos sí, con abundantes sonrisas de triunfo efímero.
www.elcomercio.es/asturias/fapas-alerta-aparicion-20180505000812-ntvo.html
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