Estas semanas se revuelve la
polémica entorno al lobo en varios foros, principalmente en la prensa (en La
Nueva España concretamente que son expertos en polémicas medioambientales) y
como respuesta interesada aparecen firmas opinando de forma coordinada para con
toda probabilidad crear una situación de opinión favorable a las más que
previsibles medidas contra el lobo que aprobará el Gobiernín asturiano.
Estas respuestas las dan en
prensa Jaime Izquierdo, Tom Fernández (¿?),
y la consejera de Medio Rural que además está en esta ocasión encargada
de la protección a la biodiversidad.
Esto último es verdaderamente
alucinante, porque aunque serái una situación lógica que medio rural y
conservación de la Naturaleza fuesen de la mano, lo cierto es que es algo así
como poner el zorro a cuidar del gallinero: se busca a toda costa el voto del
medio rural, o al menos el impacto mediático que representa cuidar del Medio
rural.
Pero es una impostura por una razón
evidente y que ya he esgrimido en mucha ocasiones: no hay estudio o estudio
fiables sobre los cuales realizar estimaciones de población lobera, de los
daños causados, de la presencia o ausencia de perros asilvestrados (o no
asilvestrados como los mastines que se comieron la xata de mi última entrada).
Así que finalmente la mera
acusación desata una respuesta destructiva que es además un caso claro de
prevaricación, es decir de incumplimiento de la ley a sabiendas, porque la
misma ley que se esgrime a la hora de los controles lobunos, obliga a la
administración a un estudio y seguimiento de las poblaciones para que las
medidas sean “proporcionales”, palabro que no dice nada y que significará la
imagen de lobos muertos como respuesta interesada a la gestión actual de los
rebaños en Asturies.
Y ahí encaja la respuesta en
prensa sobre una idea que se nos trata de vender de manera machacona desde hace
años: la idea del pastor o el agricultor como
“jardineros del paisaje” (sic.) una expresión de gran fuerza y nulo
contenido que acude a la idea de que la Naturaleza de Asturias no existiría si
no fuese por la labor desinteresada del ser humano que ha tratado a toda costa
de dejar su entorno mejor de lo que lo
encontró.
Esto se puede vender desde el
punto de vista de la contraposición entre pastores y quesos versus lobos, o desde el punto de vista
de la contraposición entre “lo manso y lo
bravo”.
Tal vez sea que los lobos le dan más miedo a los políticos que a Caperucita y por descontado es más fácil echarle la culpa al lobo que confesar la absoluta inoperancia e incompetencia para evitar la sangría del campo.
Hoy ya he despotricado bastante
con lo del lobo (y en realidad sólo repito lo mismo: si hacen falta controles
háganse, pero que no nos vendan motos sobre estimaciones basadas en las quejas
de los pastores) aunque no lo suficiente contra ¿nuestros? políticos, por cierto los mismos año tras año y con las mismas recetas que ya saben que no funcionan.
El próximo día más sobre la
relación entre los agricultores y pastores y la Naturaleza de Asturies.
Lo politicos de turno siempre plegándose a los poderes y votantes de siempre, esto sólo cambia a peor....
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