De cómo el oso se comió Somiedo.
De ser el refugio de los últimos osos cantábricos hace diez años, ejemplo de conservación y buen hacer, Somiedo ha pasado a aprovecharse del oso para permitir la destrucción de su naturaleza.
¿Cómo puede ser eso? Pues porque al utilizar el oso como emblema del Parque y de la conservación de la naturaleza, parece que es el oso el motivo único de la creación del Parque y parece que es el oso el único motivo que importa para realizar cualquier barbaridad.
¿Que no hay oso?, entonces podemos abrir cualquier camino al turismo masivo sin ninguna condición. ¿Que no afecta al oso?, pues podemos correr por donde sea en bici o en masa. ¿Que no duerme el oso allí?, pues entonces podemos ampliar una carretera arrasando ¡hasta siete metros de ancho más! (independientemente de las características de los márgenes)
Y rápidamente llego al núcleo de la cuestión.
Hace años que se plantea la mejora de la carretera de Aguasmestas a la Pola de Somiedo. No seré yo quien niegue la necesidad de la mejora en las comunicaciones de cualquiera de los puntos de nuestra geografía. Ahora bien, no a cualquier precio.
Primero se mejoró de Belmonte a Aguasmestas haciendo un verdadero estropicio y provocando incluso un muerto por el mal remate de unas obras que crearon taludes imposibles y cuyas únicas medidas reales de compensación fueron las ya famosas señales de precaución por osos cruzando la carretera. (Un cartel que merece un premio al oportunismo pues hace que un cartel turístico pase por señal de tráfico)
Ahora toca el segundo tramo.
Se tardan 17 minutos desde Pola de Somiedo hasta Aguasmestas. En coche viejo y cumpliendo con las señales de tráfico, incluso siendo algo conservador en los límites de velocidad.
Aunque hay que reconocer que la carretera puede mejorar en seguridad y tal vez en anchura en muchos puntos.
Pero. Pero. (Siempre hay un pero) Hay una zona de la carretera especialmente sensible: el tramo entre La Riera y el final del desfiladero de La Malva.
¿Cuantos minutos menos de recorrido aportará la destrucción del desfiladero de La Malva?
Osos aparte esa es una zona especialmente sensible por múltiples razones: hábitats protegidos (tobas calcáreas) cercanía al río, especies protegidas, especies endémicas, nidos….
Ah!, pero no hay oso. No importa que sea la única zona de Somiedo y de Asturias donde podemos encontrar tres especies (al menos) únicas en el mundo y juntas en el mismo lugar.
No son osos. Y parece que con eso es suficiente.
No importan los taludes, voladuras, desmontes, afección al río, destrucción de acuíferos, etc que sea necesario realizar. No importa que la destrucción de estos hábitats y de las poblaciones de estas especies endémicas esté expresamente prohibido por la Directiva hábitats de la Unión Europea.
No importa que en caso de realización de la obra acabaremos siendo objeto de una multa tardía por incumplimiento o por prevaricación.
No importa porque esa zona no es zona de oso (lo cual no es cierto a la luz de las imágenes de un oso comiendo en las cercanías del pueblo de Castru), y mientras no haya oso cualquier otra afección ambiental, independientemente de su gravedad, quedará ninguneada y será solo la locura de cuatro chalados amantes de los pulgones lo que impedirá el avance del progreso y provocará la lejanía entre Somiedo y el mundo.
Para acabar dos apuntes que desarrollaré en otro momento para no alargarme en la primera entrega:
¿Podría tener algo que ver el empeño en ensanchar la carretera hasta permitir el paso de camiones de gran tamaño, con el sueño faraónico e incumplido de la embotelladora de agua nunca viable?
¿Cómo es posible que en la era de internet y el derecho a la información, la administración siga obligando a acudir de 8 a 3 a sus instalaciones para poder leer el informe de Impacto Ambiental del posible nuevo trazado?
Hace años que se plantea la mejora de la carretera de Aguasmestas a la Pola de Somiedo. No seré yo quien niegue la necesidad de la mejora en las comunicaciones de cualquiera de los puntos de nuestra geografía. Ahora bien, no a cualquier precio.
Primero se mejoró de Belmonte a Aguasmestas haciendo un verdadero estropicio y provocando incluso un muerto por el mal remate de unas obras que crearon taludes imposibles y cuyas únicas medidas reales de compensación fueron las ya famosas señales de precaución por osos cruzando la carretera. (Un cartel que merece un premio al oportunismo pues hace que un cartel turístico pase por señal de tráfico)
Ahora toca el segundo tramo.
Se tardan 17 minutos desde Pola de Somiedo hasta Aguasmestas. En coche viejo y cumpliendo con las señales de tráfico, incluso siendo algo conservador en los límites de velocidad.
Aunque hay que reconocer que la carretera puede mejorar en seguridad y tal vez en anchura en muchos puntos.
Pero. Pero. (Siempre hay un pero) Hay una zona de la carretera especialmente sensible: el tramo entre La Riera y el final del desfiladero de La Malva.
¿Cuantos minutos menos de recorrido aportará la destrucción del desfiladero de La Malva?
Osos aparte esa es una zona especialmente sensible por múltiples razones: hábitats protegidos (tobas calcáreas) cercanía al río, especies protegidas, especies endémicas, nidos….
Ah!, pero no hay oso. No importa que sea la única zona de Somiedo y de Asturias donde podemos encontrar tres especies (al menos) únicas en el mundo y juntas en el mismo lugar.
No son osos. Y parece que con eso es suficiente.
No importan los taludes, voladuras, desmontes, afección al río, destrucción de acuíferos, etc que sea necesario realizar. No importa que la destrucción de estos hábitats y de las poblaciones de estas especies endémicas esté expresamente prohibido por la Directiva hábitats de la Unión Europea.
No importa que en caso de realización de la obra acabaremos siendo objeto de una multa tardía por incumplimiento o por prevaricación.
No importa porque esa zona no es zona de oso (lo cual no es cierto a la luz de las imágenes de un oso comiendo en las cercanías del pueblo de Castru), y mientras no haya oso cualquier otra afección ambiental, independientemente de su gravedad, quedará ninguneada y será solo la locura de cuatro chalados amantes de los pulgones lo que impedirá el avance del progreso y provocará la lejanía entre Somiedo y el mundo.
Para acabar dos apuntes que desarrollaré en otro momento para no alargarme en la primera entrega:
¿Podría tener algo que ver el empeño en ensanchar la carretera hasta permitir el paso de camiones de gran tamaño, con el sueño faraónico e incumplido de la embotelladora de agua nunca viable?
¿Cómo es posible que en la era de internet y el derecho a la información, la administración siga obligando a acudir de 8 a 3 a sus instalaciones para poder leer el informe de Impacto Ambiental del posible nuevo trazado?
Embalse en la Malva |
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