Que los romanos entraron en la Asturies Transmontana por algo, es evidente. Que la liaron parda cuando llegaron, también. Que no mejoraron las comunicaciones, ni aparecía mucho en el mapa, también por algo, parece lógico, y que además por donde les interesó dejaron solo el "ruina montium", pues solo hace falta pasar por Allande para comprobarlo.
A cambio, para bien o para mal, nos dejaron ser parte de la civilización latina, nos pusimos a ser romanos y así seguimos.
Pero cuando vieron, vinieron y vencieron, venían a por el oro, y gracias al que sacaron de por estos lares y adyacentes financiaron el imperio durante siglos.
Hoy por hoy sigue quedando oro en Asturies, en casi, casi los mismos lugares que encontraron los romanos, y sigue dando riqueza al imperio, solo que ahora no sabemos en que sitio concreto está y tampoco acuñan moneda con la cara del emperador, porque tampoco lo conocemos (lo llamamos accionista).
Y tampoco nos dejan civilización o cultura. Nos dejan algunos puestos de trabajo durante algunos años. Y nos dejan una ruina montium tremenda y sobre todo nos dejan residuos.
Todo este rollo vienen al caso porque hace un tiempo estuve en los alrededores de la mina de Boinás. El tajo es increíble, las toneladas de tierra removidas, descomunales, las escombreras gigantescas…. y para la balsa de lodos ya me quedo sin palabras.
Es tan grande que al amanecer ¡provoca su propia niebla!!!
Bancos de niebla sobre la balsa de la mina de Boinás en primer plano y sobre el valle del Narcea al fondo |
La parte donde la mina de oro fue rentable a cielo abierto, ya está agotada, y ahora un castillete de labores subterráneas, aparece en el fondo de la obra.
Aspecto del tajo de la mina de Boinás. La veta principal es la capa gris a la izquierda de la balsa de lodos, donde además se realizó el desmonte principal. |
Instalaciones y castañetee de la mina, con labores subterránea en la actualidad. se observa también la cinta transportadora que lleva mineral a la planta de refinado del mineral. |
También está la balsa, ciclópea como todo lo demás. Y lo que es peor, acumulando residuos que no pueden tener más destino, antes o después que el Narcea, cuyo cañón puede verse al fondo.
Y es que el oro no aparece solo, hay siempre otros metales asociados, unos con valor económico, otros que no lo son tanto, bastantes con la calificación de metales pesados y por tanto extraordinariamente tóxicos, pero sobre todo, para la obtención del oro se generan cianuros, de cuya toxicidad hace mucho tiempo nos informó Agatha Christie.
En el último mes, se volvió a levantar una intensa polvareda en relación a la negativa del Principado a la apertura de una mina semejante en Salave (Tapia de Casariego), y a cambio abrir a nuevas empresas la autorización para realizar prospecciones y sondeos buscando wolframio, plata, oro, etc. en el occidente asturiano.
Todos estos metales están asociados, más o menos, al tipo de formación geológica que dio lugar al yacimiento de Boinás, y todos con la promesa de un rendimiento importante en forma de puestos de trabajo.
No está el horno para andarse con tonterías en lo tocante al trabajo de la gente, y está claro que la explotación de los recursos minerales de Asturies, es un proceso imparable y que ha dado forma a nuestro pasado y fisonomía.
Lo que no creo que haya quedado suficientemente claro es cómo. Es decir, en que condiciones tenemos que aceptar la explotación de esos recursos.
Hay varias fórmulas posibles:
- dejar que se haga lo que quiera, que se dejen desmontes imposibles, residuos eternos y venenos en nuestras aguas y manantiales. De eso tenemos ejemplos sobrados en la minería a cielo abierto de Cerredo, de Tormaleo, o de Boinás.
- no dejar que se explote nada y apostar por el desarrollo de los espacios donde están esos recursos, de otra forma. Alternativa cero y entiendo que no muy fácil de vender a día de hoy, aunque perfectamente posible.
- explotar los recursos de forma compatible con el futuro del lugar donde se encuentran y el de sus habitantes, es decir no arrasar, no dejar balsas con lodos que son una hipoteca para cientos o miles de años, restaurar, mantener la hidrología, realizar acciones medioambientales compensatorias.....
Esta opción es complicada porque, evidentemente, deja menos margen de beneficio al que explota y posiblemente menos puestos de trabajo... o no porque pueden hacerse más duraderos, el mantenimiento alargarse en el tiempo, crear alternativas viables de futuro como parte del proyecto....etc.
Todo eso en Salave no se hizo. Fue solo maquillaje, y a pesar de los esfuerzos para aceptarlo, hasta el propio gobiernín les tuvo que decir que no. ¡Qué mal lo tuvieron que ver!
Pero como en todo, es el dinero el que manda, y antes o después lo que ahora es ganga (mineral que no compensa su explotación) se convertirá en mena (mineral cuyo valor sea tan alto que merezca ser explotado), y la cuestión es en qué condiciones se permitirá o cómo será el proceso de recuperación tras la explotación, etc.
Todo será saber si las condiciones en las que queda Boinás es un ejemplo aceptable para futuras explotaciones mineras en Asturies.
A pesar de la obligación de restaurar los alrededores de la mina, es evidente que la mayor parte de las actuaciones son irreversibles y el almacenamiento de productos peligrosos permanente. |
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