lunes, 26 de octubre de 2015

Todas las setas son comestibles; algunas solo una vez (I)

El título de la entrada es una verdad irrefutable. Las setas pueden ser un manjar, pero también están entre las especies más venenosas de las que podemos ingerir.

Mi abuela asturiana nunca distinguió entre setas comestibles y no comestibles: todas son sin excepción "pan de culiebra".

En cambio en Cantabria, al menos en el entorno de Reinosa, los mejores setales, su localización exacta, eran tan codiciados, que alguno de mis tíos se llevó el secreto a la tumba: no se lo contó ni a sus propios hijos.

Esa dualidad, ha marcado siempre mi relación con las setas, por un lado me dan respeto y por otro lado me atraen y trato de aprender cuales son comestibles y cuales no, pequeños trucos de reconocimiento, sutiles diferencias de textura, de tono, de olor.  Pero siempre tengo la sensación al comerlas, de estar en un restaurante japonés comiendo pez "fugu".

Este fin de semana intenté aprender algo más sobre los boletus. No encontramos muchos, y la mayor parte estaban muy pasados. Además de los pinícola y de los edulis, no había ni rastro: la afición a las setas ha crecido mucho y hay cada vez más ojos escudriñando el monte.


Pero tuve oportunidad de una lección práctica sobre diferenciación de especies y sobre asegurarse de la identificación. Fiarse de la memoria es estupendo, pero fiarse de las guías, lo es mucho más.

Así que aprendí a diferenciar el Boletus regius, del Boletus satanas (del cual se puede deducir por el nombre, que muy majo no es)

Para los expertos, y para los que veais las fotos y las explicaciones, las diferencias os parecerán tan abrumadoras y evidentes que os parecerá un tanto innecesaria la explicación. 

Pero la verdad es que en el monte un boletus es un boletus, y el satanas acabó en la cesta tan tranquilamente. Solo en la ronda de reconocimiento previa al asalto culinario (doble ronda para ser sinceros) "saltó" la evidencia de la metedura de pata.

Y se me ocurrió que podía ser un buen tema para una entrada.
Se ve a la legua la diferencia: se observa que el color rojo del pie y de la "esponja" (el himenio) en el satanas y amarillo el pie y la "esponja" (himenio) en el regius. 
Se ve a la legua ahora.


Boletus regius un buen comestible muy escaso en la zona norte, según todas las guías.

Boletus satanas, uno de los pocos hongos con "aspecto" de boletus que es verdaderamente tóxico

Y aquí las diferencias de pie y de la base del sombrero (himenio).

Y aquí también se aprecian las diferencias, y además se observa que le B. satanas azulea al roce, mientras que el B. regius, no.


Para los que os gusten las setas, feliz otoño.
Para los que no os gusten, feliz otoño también y animaros a que las probéis (o no).

jueves, 15 de octubre de 2015

Víboras

A menudo vas buscando algo que no encuentras, y sale a tu encuentro otra cosa totalmente diferente. Y en la naturaleza esos momentos hay que aprovecharlos.

Buscando setas, que no encontré posiblemente por demasiada sequía, encontré víboras. Dos diferentes. Con diseño diferente y tamaño diferente. Dos individuos de la especie Vipera seoanei, un endemismo característico del noroeste ibérico, área cantábrica, noroeste de Zamora, León, Galicia y norte de Portugal.

Hacía años que no veía ninguna, pero en apenas dos horas vi dos. Una huyó tan deprisa que hice una foto testimonial entre las cotoyas. Coloración típica, marrón con un diseño dorsal más claro y unos veinticinco centímetros de largo (a ojo).

La otra negra, melánica, de mayor tamaño y grosor, me dejó acercarme un poco más, pero las fotos tienen algo de desenfoque porque en la posición en la que que estaba no pude poner el ojo directamente sobre el visor y el autofoco no apuntó exactamente al ojo de la víbora como yo quería. 
¡Y qué demonios, era una víbora y tampoco quería meter la nariz!


Víbora cantábrica (Vipera seoanei) fase normal con coloración típica marrón. Se puede observar la pupila vertical que impide confundirla con la culebra viperina (Natrix maura)

Víbora cantábrica o de Seoane en fase melánica, completamente negra.

Detalle del mismo ejemplar, en el que se pueden observar características típicas como escamas pequeñas en la cabeza en vez de placas, aspecto más romboide de la cabeza, aunque esto puede ser imitado, y sobre todo la pupila vertical del ojo.


viernes, 9 de octubre de 2015

Asturias y Volkswagen: cumplir la legalidad

En este mundo donde consumo de información avanza a una velocidad anormal, donde se mezclan noticias con apuntes y no se le da el mismo valor a una vida que a otra y solo lo sensiblero llega a ocupar un tiempo (breve) en la memoria, el caso del fraude de Volkwagen ya casi ha pasado de moda y ha caído en el olvido, o ha quedado como un mero asunto económico, o de puestos de trabajo en peligro, cuando en realidad tiene una carga social y sobre todo ambiental de un calado y consecuencias que va a ser difícil de cuantificar.

Volkswagen ha dañado mucho más que su imagen.
Ha dañado en lo más profundo el sentido y la razón por la que se promulgan leyes contra la contaminación o de control de la misma.
Ha olvidado premeditadamente el valor del medio ambiente y la salud, el valor de la naturaleza como única casa común, y todo por un beneficio inmediato, por mera codicia. Por dinero contante y sonante. Mintiendo y burlándose de aquello que además publicitaba como empresa sostenible y "verde".

Y eso cala hasta el tuétano en la mentira de la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Porque en el fondo a poco que se "rasca", la realidad es que cualquier planteamiento ambiental hace aguas en el momento que la economía toma posiciones. Y como se ha visto, nada se pone por delante de un euro o de un dólar

Y Asturias ¿qué tiene que ver con ello?

Bueno con Volkswagen nada, creo. Con el engaño continuado y constante... bastante, me temo.

Asturies es una mentira continua en su planteamiento ambiental. Un Paraíso Natural solo de fachada, que cumple solo para la foto.

La contaminación descarada y continuada, tergiversando los datos de las estaciones de medida, los vertidos a rías, ríos y mares, la normativa ambiental sobre minas, la normativa de recogida de residuos, las directivas de aguas.... cualquier medida de protección medioambiental es reducida a escombros solo con mencionar el empleo, la deslocalización,  o los beneficios económicos.

Y es continuo: si hay un vertido a la ría de Avilés por parte de ARCELOR, nunca se toman medidas sancionadoras, por si acaso no invierte. Si nubes de contaminación se arrastran sobre las principales ciudades asturianas, no hay culpables y la culpa es del viento, no vaya a ser que se vayan a China. Si una empresa se plantea abrir una cantera o una mina en un Parque Natural, dice las palabras mágicas "empleo" o "puestos de trabajo" se autoriza o cambia la normativa, si los madereros o ENCE piden en nombre de los beneficios una aumento de la superficie de eucaliptales, pues se cambia el plan forestal a 50 años vista,   sobre el turismo por el que se acepta cualquier arbitrariedad y acción por destructiva que sea, ya ni hablemos, .... y así sucesivamente. 

Nada se libra de un planteamiento sobre medio ambiente en el que prima la economía sobre cualquier otro planteamiento y donde el beneficio inmediato impide trabajar en un verdadero futuro ambientalmente sostenible.

Ni la gestión de residuos, ni la gestión de especies protegidas, ni la calidad de aguas o aire, ni la gestión de espacios protegidos, ... nada.


Pues lo mismo, pero mucho mejor expresado.

En el momento en que aparece un posible beneficio, la mente se nubla y se toman decisiones guiadas solo por la codicia. (Léase beneficios monetarios o  codicia política en forma de votos futuribles como el caso del descontrol de propuestas sobre lobos, salmones, limpieza de cauces o cualquier otro en que un colectivo con poder mediático pueda dar juego electoral)

Y si eso ocurre en la gestión pública de la protección de la tierra que pisamos, el aire que respiramos o el agua que ha de quedar a nuestros hijos ... ¿qué podemos esperar de los gestores de una empresa cuya única misión es obtener beneficios? 

Pues eso, que la conciencia medioambiental queda para la publicidad de coches en paisajes impolutos como los del Paraíso Natural.

No entiendo como Volkswagen no hace su próxima campaña publicitaria verde en un "bosque" de eucaliptos asturiano. 

lunes, 5 de octubre de 2015

La monótona diversidad otoñal

Cuando cambiamos de estación y esta comienza a manifestarse de forma evidente, hay algunos momentos que se repiten inevitablemente, pero que por muchas veces que se vivan o se escuchen o se saborean, nunca pierden emoción ni belleza.

Ha sido la berrea, es el cambio de color, los atardeceres tempranos, los amaneceres helados, la abundancia de setas y bellotas, las nieblas los vientos del sur, las lluvias que reverdecen los montes justo cuando las hojas caen...

Llega el otoño. Tal vez la más bella y efímera de las estaciones, nunca igual y siempre el mismo paso y prueba para cada ser vivo.

Berrea al amanecer en los montes de Ayer. Lejos, casi en la oscuridad braman y braman

Al amanecer los tonos dorados del bosque anuncian cambios

Colores incipientes en las hayas

Reflejos rojizos. Un bosque cansado.

Los fresnos pierden antes las hojas

Y las setas salen entre la hojarasca recién caída

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