martes, 5 de junio de 2012

Faedo: el ecotono



Este fin de semana me salí de mis límites habituales de actividad y como en Asturies daban mal tiempo (o nublado al menos) y en León no, pues dimos un paseo por Ciñera de Gordón, dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga.
Estando como está tan cerca me llevé varias sorpresas.

La principal fue la ruta del Faedo de Ciñera. Mini-ruta, muy adecuada para ir con niños y que puede acabar en un mini - hayedo, localizado ya bastante al sur en la Cordillera.

La ruta, sin desniveles en el tramo inicial, puede hacerse bastante más larga, llegando por un camino bien señalizado hasta Valprquero, unos trece kilómetros. Pero con niños el tramo hasta el faedo es más que de sobra, y si lo atraviesas y pasas la mini - foz de Villar, pues entonces haces una excursión muy sencilla y completa.


Las sorpresas aumentan por la geología de la zona, absolutamente espectacular, en la alternancia de calizas y pizarras que van dando forma a los valles y a las laderas, pero también a la flora. Espectacular aunque con un punto de desazón, el tamaño de la escombrera que dejamos a la derecha del camino, testigo de la enorme mina a cielo abierto que se esconde tras el pueblo de Santa Lucía, allí mismo, y que en la foto es la la ladera justo frente al camino.

Es también muy interesante la disposición de la vegetación, distribuida claramente en función de la orientación de la ladera.

Ladera orientada al sur (solana) cubierta de encinas en la parte más elevada, donde el suelo es prácticamente esquelético y no retiene fácilmente la humedad lo que no permite el asentamiento de muchas especies y favorece a las esclerófilas.

Al bajar por la ladera, los derrubios que forman un abanico torrencial, permiten la formación de un suelo algo más potente y el asentamiento de especies como el rebollo (Quercus pyrenaica)
















Justo la ladera opuesta, de umbría, acoge un bosque de hayas, reducido por las podas y la escasez de suelo (que lo hacen retorcido), pero acomodado en un ambiente mucho más húmedo, que permite la presencia de especies claramente atlánticas, lo que da lugar a un extraordinario contraste y diversidad de especies en un espacio muy reducido: por poner un ejemplo, no conozco muchos sitios donde la proximidad de ambos entorno permita que los lagartos ocelados (típicamente mediterráneos) correteen entre las hayas.

Es decir todo el valle es un ecotono, un mundo de transición y frontera mestiza donde se desborda la biodiversidad por proximidad de hábitats diferenciados
.


Después de atravesar el pequeño bosque, llegamos a la foz de Villar, muy pequeña, que hasta hace pocos años era salvada por un puente de palos y cuerdas que ha sido sustituido por una pasarela muy cómoda, pero que nos permite acceder con facilidad a esta singularidad geológica, tallada en calizas y que corta perpendicularmente los estratos.

La última sorpresa que he reservado para el final, aunque esta´junto al camino en medio del pequeño "Faedo", es este haya, al que se le ha llamado "Fagus" (como  a la especie Fagus syvatica) y del que se dice que tiene 500 o más años.
No sé si alcanza o supera esa edad, pero sí es evidentemente un ejemplar único, grueso en su base (mucho) y con una estructura en candelabro que me recuerda mucho a ejemplares de Redes donde se les cortaba las ramas dándoles un aspecto adehesado a los árboles y al entorno, aprovechándolos pero sin destruirlos por completo.

1 comentario:

  1. Pues una visita que me la apunto...
    Geniales fotos y explicaciones!!
    un saludoooooo!

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