Armas enormes en cuerpos pequeños

Es época de los grandes escarabajos. De los cuatro grandes que podemos encontrar en Asturies (siempre se podría añadir alguno más pero estos son los que me parecen más significativos) este año he disfrutado de varios Lucanus cervus (vacalloria, ciervo volante), y de un  Oryctes nasicornis (escarabajo rinoceronte europeo) pero no he llegado a ver ningún Melolontha melolontha (escarabajo sanjuanero) y no he visto nunca una Rosalia alpina, aunque estando en verano tal vez esté en tiempo.

Tanto la vacalloria como el "rinoceronte", tienen dos aspectos en común: por un lado el ya comentado gran tamaño de media (son mucho más grandes de la media de los insectos de nuestras latitudes (hasta 50-80 mm)) y por otro lado las "armas" que presentan.   

Los machos de las vacallorias tienen las mandíbulas hipertrofiadas, sin otra utilidad que impresionar a otros machos, a las hembras y a luchar entre ellos. No hice los cálculos, pero así a lo bruto, tienen al menos la misma proporción que los alces en la relación entre el tamaño de la cuerna y el tamaño corporal.

Pero por otro lado sospecho que el tamaño de la cuerna no podrá superar cierta proporción o el vuelo resultaría demasiado costoso desde el punto de vista energético o desde el punto de vista del equilibrio del mismo.

El escarabajo rinoceronte por su parte (mucho más escaso desde mi percepción puramente subjetiva), mantiene las mandíbulas en su rango normal, pero ha desarrollado una protuberancia de un tamaño enorme en la cabeza; enorme en relación con su posición y evidentemente enorme si fuese un verdadero rinoceronte.

Tampoco todos los machos tiene la protuberancia del mismo tamaño, así que su uso favorecerá de algún modo la reproducción, aunque personalmente también he visto como la utilizan para hurgar en la hojarasca o en suelo poco compactado o en detritos y hacerse una guarida o una escapatoria temporal.

En todo caso ambos son organismos muy especiales, partes esenciales, y cada vez más escasos de nuestros ecosistemas cantábricos. No son tan famosos como los osos y mucha gente considera que son "bichos asquerosos" (sic.) pero personalmente los considero fascinantes.