martes, 21 de febrero de 2012

El paseo a ninguna parte

Pensaba (erróneamente como podré demostrar a continuación) que la archifamosa crisis iba a terminar con el despilfarro y la huida hacia adelante que se estaba produciendo en muchos de los espacios naturales de Asturias.
Esperaba que se racionalizasen los gastos y se volviese a lo fundamental: la protección, el conocimiento y la mejora de la calidad de vida de su habitantes siempre cumpliendo con las dos primeras condiciones. Es evidente mi error.

Paseando por la Pola de Somiéu llegué a un sorprendente nuevo puente sobre el arroyo que baja de Valle de Lago.


Ese puente conecta (supuestamente) en forma de pasarela, el "centro" de la Pola con el resto de la senda "adaptada" que recorre más de un kilómetro en dirección a la Malva, paralelo a la carretera pero pegada a la ladera. Es en realidad una reforma de una antigua pista y un camino a ninguna parte.
Reconozco que al menos en el caso de Somiedo esta senda va a servir como "Senda del Colesterol" o paseo para los habitantes de la Pola que van a poder pasear más cómodamente sin tener que hacerlo por la carretera. Pero poco más.
La historia de hacer sendas adaptadas, pasarelas de madera de 600 metros o de un kilómetro en Muniellos o Les Bedules, en Ponga, pueden verse como una apertura a aquellas personas que requieren silla de ruedas para desplazarse. Puede ser, pero en realidad creo que es negarles la posibilidad de conocer otros lugares que no sean aquellos que paternalmente ponemos a su disposición.
Mucho más económico y realista sería dotar al centro de visitantes con sillas "todoterreno" que existir existen y las hay en lugares tan poco adaptados como el Parque Nacional de Garajonay o el del Teide en Canarias. Esa sería una opción más viable que las construcción de faraónicas pasarelas que sin el mantenimiento adecuado durarán dos inviernos.

(Foto tomada de la edición en internet de La Opinión)
Y no quiero meterme en el tema de como está "terminada" la senda porque no está inagurada y ya tiene baches.

Lo cierto es que en épocas de crisis como esta, este tipo de inversión es pan para hoy y hambre para mañana, y más nos valdría relanzar Somiedo como lo que es una Reserva de la Biosfera donde hombre y Naturaleza conviven en armonía, y donde hace falta mucha más inversión en el estudio de los impactos del turismo en la conservación, mucha más inversión en la investigación de las muchas riquezas aún desconocidas del Parque, en el mantenimiento de un patrimonio etnográfico que desaparece día a día y que parece que solo se reonocerá su importancia cuando ya no quede un teito en pie.
Y Somiedo no es nada si no es en su totalidad, si no hay una senda trazada a alguna parte.

PD. Con este vaivén político, la gestión de los espacios naturales en Asturies es una quimera, y es evidente que no hay un plan de futuro para ninguno de los espacios protegidos que debería gestionar el Principado. De Picos ya he comentado, Ponga está desaparecido y abandonado, Redes y Somiedo ninguneados por colores políticos adversos en la actual coyuntura, Fuentes sin rumbo se dedica a pedir nuevas pistas de esquí...

Como sólo sabe decir Forges: ¡¡¡País!!!

2 comentarios:

  1. Pan para hoy....
    Tienes toda la razón en tu comentario, ese paternalismo del Estado ha llegado a lo absurdo, caminar por esos sitios que mencionas y añado la senda adaptada del hayedo de Montegrande, es la cosa más absurda si no hubiera dinero, obras sociales-publicidad y favores de por medio

    un saludo!!

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    Respuestas
    1. ¡Es verdad, la senda de Montegrande! Se me había pasado por completo. Y evidentemente hay más. Pero lo extraordinario es que en aquellos lugares donde cumplen una función, como es en los campos de dunas, a menudo están en un estado lamentable y resultan hasta peligrosas, como algunas de las de Xagó.
      Un saludo y gracias por el comentario.

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