Uno de estos días tan depejados, el miércoles, fui al cabo. No hice muchas fotos, pero aproveché para tirar un par de ráfagas a una gaviota patiamarilla empeñada en llevarse parte de mi bocadillo.
Ya sé que las patiamarillas no son nada del otro mundo por lo abundantes y porque son fáciles de fotografiar, pero esta se puso tan a tiro, y en vuelo, que no pude menos que aceptarle el reportaje.
Justo ese día no había casi otra cosa en Zeluán, ni el la rasa del cabo. A partir del jueves no paro de ver informaciones de zarapitos y otras aves que ya entran al paso.
Pero ese día tocó gaviota.
Por cierto que parece ligeramente petroleada, lo que concuerda con observaciones de las últimas semanas y posibles manchas mar adentro.
ResponderEliminarMuy buena estas imágenes des te ave
Un gran saludo de un seguidor de tu blog
Gracias por las felicitaciones Juani, y espero también tu crítica cuando sea necesario.
EliminarUn saludo
Alberto