viernes, 9 de mayo de 2014

Belleza efímera

Las cosas más hermosas en la naturaleza (y a menudo en la vida) son efímeras.
En parte su belleza reside en eso. Si durasen mucho tiempo nos parecerían normales y dejarían de parecernos tan especiales.

Durante apenas dos semanas los hayedos lucen unos colores asombrosos, más hermosos a menudo que los del otoño. Un verde radiante, nuevo, rabioso.

Y durante un poco de tiempo de esas dos semanas, generalmente en la primera de mayo, con variaciones debidas a la climatología o locales como la orientación o el suelo, se combinan dos espectáculos simultáneos: la salida de la hoja nueva en el hayedo y la floración del jacinto estrellado (Scilla lilio-hyacinthus) una planta nemoral típica cuya floración suele ser previa a la salida de la hoja, precisamente para aprovechar una mayor insolación. Es también indicadora de suelos relativamente profundos, y aunque en general se la considera acidófila, lo cierto es que se encuentra también sobre suelos calizos. Tóxica.

Cuando nace muy a principio de primavera, sus hojas verdes brillantes, largas, contrastan vivamente con el suelo aún cubierto de las hojas viejas del otoño. Pero si coinciden con la hoja del haya, el espectáculo mejora notablemente. 

Se puede juzgar. Bosque del Gumial en Ayer. 4 de mayo 2014.


Senda en el bosque del Gumial

Scilla lilio-hychintus tapizando el suelo del hayedo

Scilla lilio-hychintus

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