En el interior de los bosques cantábricos, especialmente de los hayedos, la luz es un bien escaso. Es escaso por la habitual luz tamizada que deparan nieblas y nubes, pero lo es aún más porque algunas especies de árboles son especialistas en aprovechar cada resquicio de luz incidente en su propio beneficio. En esto las hayas, con sus hojas superpuestas, son absolutas especialistas.
Como resultado, la luz que llega al suelo del hayedo es, dependiendo de autores, entre el diez y el dos por ciento de la que llega a las copas de los árboles.
Esta circunstancia es aprovechada por plantas umbrófilas (es decir que prefieren la sombra) y nemorales (es decir propias de bosques) que forman la mayor parte de las especies que podemos encontrar en estos bosque y que a mediados de primavera son especialmente vistosas, pues muchas de estas plantas tienen una floración muy temprana y destacan entre los grises y ocres del resto del bosque.
Bonita serie de fotos apoyada en buenos textos. Para los ignorantes en flora y botánica, muy interesante.
ResponderEliminarNacho.
Gracias Nacho
ResponderEliminarYo no dejo de aprender ornitología en tu blog